EL MÉTODO KLOPP
Sus excentricidades desde la banda y la popularidad del personaje no deben
llevarnos a engaño. Detrás del continente hay contenido: entrenador y método.
Klopp es, además de un gran motivador, un obseso de la táctica y estudioso de
multitud de variantes y formas de entender el juego. Desde Guardiola a Mourinho
–a quienes admira–; del blanco al negro, pasando por una alta gama de grises.
El de Stuttgart bebe de multitud de afluentes y esa pluralidad es trasladada
francamente bien sobre el césped.
·
4-2-3-1
flexible
Siempre cobijado en un dibujo 4-2-3-1, una disposición de los jugadores
flexible en función del partido y, dentro del partido incluso, del momento. Ahí
radica también otro de los éxitos del teutón: la obsesión por hacer pensar a
sus jugadores sobre el juego, enseñarles a madurar los partidos.
De ese modo estamos acostumbrados a ver un Borussia polifacético, capaz de
dominar varios registros. Sirva de ejemplo el doble enfrentamiento con el Real
Madrid: ofreciendo dos
versiones en el Signal Iduna Park; cómodo en el vértigo, en el box to box –que tanto gusta al Madrid también–, y
dominando sin complejos el ataque posicional, maestros aún en su juventud. Por
el contrario, en el Bernabéu se desplegaron de una forma mucho más
conservadora, cerrando
el mediocampo y candando la defensa, para salir enérgicos a la contra. Tres
versiones de un mismo equipo interpretadas a la perfección: sinónimo de
grandeza.
Jürgen Klopp bebe de las más modernas técnicas de entrenamiento, pero también sabe mezclar maravillosamente bien todos los conceptos y parámetros del juego, y recurre sin tapujos a los clásicos y viejos maestros. Así, en ese banco de experimentos en el que ha convertido al BVB, podemos observar detalles de Wolfgang Frank, antiguo entrenador suyo en el Mainz 05 y a quien se considera pionero de la defensa zonal de cuatro en Alemania.
·
Concept
football
Ofensivamente también se compara la obra y el estilo del Mainz y el actual
Borussia de Klopp con el gran Friburgo de Volker Finke, padre del término Concept football, un estilo que desarrolló en su
plenitud con aquel equipo de la región de Breisgau, a los que en la actualidad
se les sigue recordando como losBreisgau Brasilianer (“los brasileños de Breisgau”): fútbol de movilidad
constante y ritmo eléctrico. Conceptos elevados por el Borussia de Klopp a la
enésima potencia.
·
Presión
tras pérdida
Esa es, sin duda, una de las grandes virtudes de este Dortmund: la presión
después de la pérdida de balón. Su ataque posicional implica a los 11 jugadores
de campo. Todos trabajan en la fluidez de la posesión y buscan las asociaciones
constantes en pos de abrir huecos en la defensa rival. Estas relaciones entre
jugadores solo se consiguen viajando juntos, aproximando líneas y triangulando
en corto para después buscar en largo. Así, cuando se produce la pérdida, la
densidad de jugadores borusserscerca del
balón es altísima y el nuevo robo suele fructificar.
“Nosotros también presionamos como ellos,
inmediatamente después de perder la pelota, y desde hace mucho. Pero ayuda
poderle decir a un jugador: mira, los del Barcelona hacen lo mismo”. Jürgen Klopp,
estratega y motivador en una referencia al Barcelona de Pep Guardiola.
·
El
experimento de Klopp continúa.
Klopp prosigue su obra, haciendo vibrar cada domingo a los más de 80.000
aficionados que abarrotan el Signal Iduna Park. Fieles a un equipo que enamora
desde la llegada de ese joven con aspecto de científico loco y carrera insulsa
como jugador, que poco tardó en quitar las legañas a los más aletargados
aficionados borussers. Cuatro años después, el
experimento continúa haciendo historia.
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