CUIDADO CON LA EUFORIA Y LA DISFORIA
Para que el Clima sea SRD (de Satisfacción, Rendimiento y Desarrollo) no hay que caer en la disforia (en el desánimo, en el catastrofismo) ni tampoco en la euforia. Como le pasó al equipo de
Frank Rijkaard tras la final de París y la conquista del «doblete» en 2006.
La autocomplacencia acabó con un equipo campeón.
Guardiola notó algunos síntomas de este problema en el partido contra el Atlético de Madrid (5-2). «No me preocupa perder balones, sino que lo hiciéramos después de haber dado sólo dos o
tres pases, con muy poca circulación. En este caso, el rival recupera la pelota y nosotros estamos muy separados. Este es el problema.» Además, «si habitualmente realizamos 17 ó 18 tiros, el
sábado (19/11/09) llegamos poco y disparamos sólo siete u ocho veces. El Atlético nos creó peligro con cuatro o cinco oportunidades». La pegada marcó la diferencia, pero no es suficiente. Faltaba frescura y la solución llega «con jugar simple, como hacíamos siempre. El hambre no lo hemos perdido y estoy muy contento por ello», señaló Guardiola. En definitiva: «Podemos hacerlo mucho mejor. Podemos y debemos. Tenemos muchas cosas a mejorar como equipo». Exigencia máxima. El siguiente partido, Racing-Barcelona: 1-4 (dos goles de Messi, Ibrahimovic,
Pedro). 0-3 en el descanso. En opinión del entonces entrenador racinguista, Mandiá, «cuando el Barça se pone a jugar, te hace ser muy pequeño, más de lo que en realidad eres».
Partido contra el Xérez CD (colista en la Liga), tras las victorias ante el Inter de Milán (2-0) y el Real Madrid (1-0).
Declaraciones de Guardiola en la rueda de prensa: «Hoy hemos ganado pero no hemos estado al nivel». Y añadió: «Nos ha costado todo mucho. En parte es normal porque veníamos de mucha
tensión. He querido poner gente fresca en las piernas y en la cabeza. Ha sido un partido peligrosísimo hasta el final». Sin excusas. Esa exigencia hizo posible el triunfo del Barça en el difícil
campo de Riazor (1-3) tres días después. «A menos que el líder inculque un sentimiento de urgencia, es poco probable que la gente influyente dentro de la compañía se ponga a la orden. En pocas palabras, la urgencia le dará poder y credibilidad a un proyecto de cambio.»
John Kotter, Liderando el cambio
COLLEJAS CARIÑOSAS
Pep Guardiola tiene la costumbre de felicitar a sus jugadores con un cachete cariñoso en la nuca. Es algo que fomenta para favorecer el «buen rollo». En alguna ocasión, involuntariamente, se le ha ido la mano con ciertos jugadores, como con el francés Eric Abidal cuando lo cambió por Maxwell en el partido de Champions contra el Inter en casa. «Pensaba que yo estaba más lejos y me pegó
fuerte. En Francia tenía un entrenador que hacía igual, pero es su manera de decir que están contentos.» Cuando Pep llegó tarde al entrenamiento, Abidal se quiso «vengar» en broma.
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