lunes, mayo 21, 2012

LA CONDICIÓN FÍSICA


¿De qué depende la Condición Física?

Tu condición física depende en gran medida de tus características personales, es decir que no todo el mundo tiene la misma: tu abuela no podrá hacer las mismas cosas que tus padres, o un jugador de voleibol aficionado tendrá diferente condición física que una jugadora de la Selección Española de voleibol. Por eso veremos como hay factores variables e invariables:

FACTORES INVARIABLES:

- Genética: igual que tus ojos o piel son de un color, en nuestros genes está determinado parcialmente que seamos más resistentes, más fuertes, más coordinados, más flexibles…
- La edad y el sexo: a cada edad le corresponde un desarrollo físico distinto y es verdad que los chicos tienen más facilidad para desarrollar la fuerza, y que las chicas suelen ser más flexibles, pero también hay chicos “de goma” y chicas que te ganarían en un pulso.


FACTORES VARIABLES (en los que podemos influir):

- Hábitos de salud: una correcta alimentación, evitar las drogas de cualquier tipo, cuidar nuestra higiene y descansar lo suficiente ayudan a mejorar y mantener una buena condición física.
- Entrenamiento o sedentarismo: la práctica regular de ejercicio nos ayuda a mejorar nuestras capacidades, mientras que quedarnos todo el día sentados en el sofá o jugando a la consola empeora nuestra
condición física.

¿Para qué quiero yo mejorar la Condición Física?

Te puede parecer que no es necesario trabajar la Condición Física, pero aquí hay algunos ejemplos de la importancia de mejorarla:
- Se realizan actividades físicas con menos esfuerzo y mejor: te costará menos seguir el ritmo de la clase de Ed. Física, jugar tu partido el fin de semana o levantar a tu sobrino en brazos sin que te duela la espalda.
- Se evitan y previenen enfermedades y lesiones: hay enfermedades como la obesidad, la diabetes, los problemas de espalda y articulaciones o los esguinces y “tirones” (lesiones musculares) que se reducen o mejoran con una buena condición física y realizando ejercicio.
- Se rinde más intelectualmente: estar cansado físicamente
puede hacer que estudies peor, o que tengas que dedicarle más tiempo del necesario normalmente.
- Se disfruta más realizando cualquier actividad y mejoramos nuestra relación con los demás: porque no te sientes “inútil” cuando tus amigos juegan a ese juego que se te da tan mal…

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