Cualquier entrenador, a la hora de realizar el análisis táctico previo a un partido determinado, para la elaboración de la táctica a aplicar, realizará un estudio de una serie de particularidades, las cuales las vamos a agrupar en tres apartados:
1. El partido en sí mismo.
2. El equipo contrario.
3. El propio equipo.
En el primer apartado el partido en sí mismo, cabe tener presente para su análisis:
- El terreno de juego, propio o ajeno, estado, dimensiones.
- La climatología, aire, lluvia, nieve, sol, temperatura, etc.
- Tipo de competición, de liga, de copa, amistoso, etc.
- Situación ambiental que le rodea en lo social-deportivo.
- Árbitro y asistentes, personalidad, características, etc.
- Horario del partido, si es por la mañana, tarde o noche.
En los apartados segundo y tercero referentes al equipo contrario y el propio equipo es necesario:
- Conocer sus características físicas generales y particulares en los elementos más importantes, fundamentalmente en cuanto a resistencia, velocidad, potencia física, edades; así como su estado en ese momento.
- Conocer sus particularidades psicológicas, tales como madurez, confianza, seguridad en sí mismos, relación ante la adversidad o el éxito, deportividad, valentía, agresividad, violencia, etc.
- Sus características técnicas, vistas por líneas e individual, determinando, la técnica colectiva global y peculiaridades de las individualidades más importantes.
- Conocer sus características tácticas, en cuanto a su juego defensivo y ofensivo, así como el sistema que emplean.
Otros aspectos a analizar además del estado actual de todo lo anterior, son sus alineaciones habituales, cambios, sanciones, relaciones sociales entre ellos, relaciones con sus directivos, con sus socios y aficionados, en definitiva todo lo que de una forma directa o indirecta acepte en mayor o menor medida al rendimiento individual y colectivo del contrario.
DISEÑO DEL SISTEMA DE JUEGO A SEGUIR
Una vez analizado todo lo anterior, el entrenador debe diseñar un planteamiento o sistema a seguir para afrontar el partido.
Si no de una forma definitiva, puesto que durante la semana puede darse novedades que incidan en él, sí al menos en lo fundamental para ir trabajando en las sesiones de entrenamiento, completándolo con las aportaciones siempre valiosas de los jugadores.
Este aspecto es fundamental a la hora de hacer participar al jugador, ya que es muy importante elaborar una gran mentalización y motivación de cara al partido.
Diseñado ya el sistema a seguir, es necesario planificar su desarrollo y practicar durante los entrenamientos de la semana, buscando en cada sesión trabajar algo de lo propuesto y dejar los puntos más importantes para los momentos más cercanos al partido con el fin de tenerlos más frescos en la memoria.
Otro factor a tener en cuenta en la elaboración y puesta en marcha del sistema es la previsión de realizar posibles cambios, por causa de lesiones, expulsiones u otras causas, que se produzcan durante el partido o simplemente para intentar su control.
Por último y para que el entrenador no funcione a salto de mata, se aconseja tenga un método de elaboración del sistema que pasaría por:
- Análisis del último partido jugado por ambos equipos y sus conclusiones.
- Revisión del archivo de la competición, con sus calendarios partidos observados, alineaciones, etc.
- Charla con sus jugadores para diseño y programación de su práctica.
FORMAS DE ENTRENAR LOS MOVIMIENTOS TÁCTICOS
Cuando vamos a trabajar la táctica, la parte más importante y más interesante para la figura del entrenador de fútbol, hemos de tener siempre presente la idea de que es un trabajo duro, que requiere como tal un proceso lento y detallado en el que no hay lugar para la improvisación.
Este proceso comienza con la explicación teórica en la pizarra de nuestro sistema de juego, yendo siempre de manera gradual:
a) Primero presentaremos el sistema, para luego ir explicando la táctica grupal por líneas y terminar en los movimientos tácticos individuales y mucho más concretos, que incluso pueden diferir en algunos detalles dependiendo del partido que vayamos a afrontar en un futuro próximo.
b) A reglón seguido pasaremos a trabajar en el campo, primero explicando en terreno reducido y con balón en la mano los movimientos de todo el bloque, incluyendo variantes ofensivas y defensivas.
c) Y por último al entrenamiento concreto de los diferentes principios tácticos que vamos a aplicar, que nos viene exigido por nuestros gustos, el sistema, el terreno de juego, los jugadores de que disponemos, la presión que pueda rodear al equipo o al club. Hay quien dice que el fútbol o partido libre es la forma más clara de ver lo que se ha planteado en la pizarra. Creemos que es un inicio que refuerza algunas ideas explicadas teóricamente y que puede ser un inicio didáctico una vez analizados por encima los movimientos en terreno reducido, de modo que se pueden ver los defectos tácticos, tanto del bloque como a nivel individual. Si lo entendemos así se puede admitir esta práctica, pero lo que ocurre en la realidad de nuestro fútbol es que muchas veces nos quedamos en esta fase iniciática a nuestro sistema. Sí es seguro que esta práctica ha de ser el final del proceso de enseñanza táctica. Entre medio, hemos de desarrollar de manera pormenorizada nuestras ideas sobre el sistema que vamos a aplicar, con diferentes métodos de entrenamiento:
1.- Partido aplicado-reglado: Es un tipo de partido en el que se puede jugar 11 contra 11, pero en el que se introducen reglas que no se reflejan en el reglamento de fútbol, así como referencias visuales diversas. El terreno puede ser de ¼ del normal, de ½, o a campo entero, dependiendo siempre de nuestro objetivo y de la evolución del proceso táctico, así como de la capacidad de asimilación de nuestro equipo y sus cualidades.
Un mismo ejercicio, por muy bonito que sea, puede no ser bien desarrollado en otro equipo por numerosos motivos y de ahí los errores que cometemos a veces.
2.- Juegos lúdicos: En ellos puede haber o no balón, y se busca la asimilación de ideas y movimientos de manera general, y más de un colectivo que de un jugador en particular. Se trabaja la velocidad de toma de decisiones, la colaboración mutua, etc., importantísimas en el desarrollo tácticamente correcto de un encuentro.
3.- Juegos reducidos: Intervienen pocos jugadores, con uso del balón, y en espacios reducidos. El sentido fundamental de este método es el desarrollo técnico, pero hay numerosas variantes que añaden conceptos tácticos.
4.- Acciones combinativas: Se trata de extraer acciones colectivas de un partido para después aplicarlas de manera aislada al entrenamiento, con el objetivo final del gol a través de acciones técnico-tácticas grupales y colectivas. Se pueden distinguir varias formas, en función de las exigencias del ejercicio: acciones simples, con oposición pasiva, y con oposición real. Como regla fundamental de este método creo que ha de quedar la adecuación la más próxima posible a las posibilidades del partido, tanto en ritmo como en exigencias. Podemos trabajar con grupos más numerosos haciendo hincapié en acciones más de conjunto, contra otro grupo defensivo igual de numeroso y a medio campo. Esta última posibilidad es la que yo llamo evoluciones tácticas.
5.- Partidos libres: Juego real con las reglas propias del fútbol, en el que se engloban ya los conceptos y movimientos aprendidos con los otros métodos. Está muy próximo a este método el de las evoluciones, pero en aquellas no se busca tanto el equilibrio táctico como el adiestramiento concreto de dos líneas que interactúan.
Antes hemos de dar dos pautas de utilización de todo esto: la primera es que no todos los ejercicios los puede desarrollar todo el mundo, como hemos dicho antes, y la segunda es que se ha de explicar de la manera más detallada posible el funcionamiento del ejercicio, incluso diciendo el objetivo del mismo para formar teórica y prácticamente al jugador, para hacerle consciente de lo que realiza y para incentivarle aún más.
Sin la voluntad de pensar del jugador al realizar todos los ejercicios, éstos fracasará y el beneficio será inexistente. Por supuesto, para terminar, existe la posibilidad de desarrollar de manera analítica lo que se quiere enseñar a nivel táctico, pero perdemos el aspecto ameno y variado del entrenamiento.
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