jueves, diciembre 15, 2011

NUTRICIÓN DEL FUTBOLISTA


Durante una sesión de entrenamiento o durante un partido de fútbol pueden manifestarse una serie de síntomas relacionados con la fatiga. Este cansancio o pérdida de rendimiento podría estar vinculado a alguno de los siguientes aspectos:
La duración e intensidad del ejercicio.
Las condiciones ambientales como la temperatura y la humedad.
La condición física y el entrenamiento del futbolista.
Las
estrategias nutricionales utilizadas antes, durante y después del ejercicio físico.

En el día a día de la preparación del futbolista hay una serie de procesos fisiológicos relacionados con la
nutrición que serán responsables de la aparición de fatiga:
El vaciamiento de las reservas de glucógeno muscular (carburante más interesante que podemos almacenar en nuestro organismo).
La disminución de la glucosa en sangre (
hipoglucemia), responsable de la aparición de la fatiga central (sudor frío, mareos, sensación de hambre, …etc.), limitando el aporte de energía para el músculo que trabaja.

La deshidratación o pérdida de agua por el sudor y la respiración.
Trastornos gastrointestinales provocados por algunas comidas, pueden reducir la correcta adaptación del futbolista. Se debe
procurar que la última comida previa al entrenamiento o al partido no haga daño.

Por lo general, el acercamiento del futbolista a una correcta alimentación se relaciona con:

la necesidad de perder grasa corporal,

la búsqueda de algún suplemento nutricional que mejore su rendimiento,

las características de la última comida previa a la competición.

Esto supone dejar de lado gran parte de los beneficios que se pueden conseguir con una buena nutrición. El juego del
fútbol requiere un elevado gasto energético producido, en parte, por la elevada distancia recorrida durante un partido (algunos jugadores de 1ª división llegan a recorrer 14 km). Conforme aumenta el nivel competitivo mayor es la intensidad a la que se realizan los esfuerzos y mayor es el número de partidos jugados por temporada. La realización por partido de unas 30 a 50 carreras, de 10 a 15 metros, de muy alta intensidad, es determinante para provocar una dramática reducción de las reservas energéticas del futbolista que deben ser reconstituidas gracias a una correcta alimentación.



El correcto procedimiento para optimizar la ingesta alimenticia necesita de un individualizado cálculo del gasto energético diario. Esto se consigue sumando el gasto energético en reposo, el gasto energético producido por la digestión, absorción y almacenamiento de los alimentos, y el gasto derivado de la actividad física normal y deportiva. Todo ello supone el coste energético a equilibrar con la alimentación.

Ante la dificultad de este estudio individualizado, podemos
generalizar una conducta donde las preferencias nutricionales cumplan con las necesidades de los deportistas y favorezcan una alimentación sana y equilibrada.

Lo más importante reside en el
conocimiento de los alimentos cuyos nutrientes permitirán la correcta función de nuestro organismo. Las primeras clasificaciones de alimentos datan de inicios del presente siglo, son americanas, y los dividen en 5 clases: vegetales-frutas, carnes-pescados, cereales, azúcares y grasas. Otra clasificación es la propuesta en el programa nacional EDALNU (Educación en la Alimentación y Nutrición) que, desde los años 60, se basa en la existencia de 7 grupos de alimentos englobados en 4 clases: los alimentos plásticos, los reguladores, los energéticos y los mixtos.

Clasificación de los alimentos conforme al programa EDALNU donde figuran 4 grupos básicos: plásticos, mixtos, reguladores y energéticos. AVB= alto valor biológico; BVB= bajo valor biológico; VCT= valor calórico total

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